Cuando la temperatura es baja, incluso negativa, la función lubricante es más problemática.
Si el lubricante alcanza su punto de congelación o de solidificación, dejará de fluir y no realizará su tarea.
Las aplicaciones a baja temperatura se lubrican, a menudo, con soluciones sintéticas que permitan:
Tiene gran importancia en los sectores de la alimentación (congelación, ultracongelación, liofilización, criogenia), el ferrocarril, la aeronáutica, las obras públicas, etc.