Alta temperatura

Por encima de los 100 °C, la velocidad de oxidación de un lubricante se duplica cada vez que la temperatura se incrementa 10 °C, por lo que es necesario seleccionar un lubricante adecuado.

De manera general, se constata:

  • Una evaporación de los componentes más volátiles;
  • Una coquefacción de los componentes más pesados (transformación en residuo carbonoso);
  • Un cambio de la consistencia o de la viscosidad;
  • Una rápida oxidación.

Las consecuencias son la fractura de la película protectora, el rozamiento entre las superficies y el desgaste prematuro de los componentes.

En un amplio número de aplicaciones a altas temperaturas, los lubricantes con base sintética aportan la solución satisfactoria a estas dificultades. En particular, permiten:

  • Mayor resistencia a las altas temperaturas;
  • Seguridad incrementada (punto de inflamación y punto de goteo elevados);
  • Espaciamiento entre los intervalos de engrase;
  • Entorno de las máquinas preservado (menos vapores);
  • y en particular, la permanencia de la película protectora lubricante.

Estos fenómenos se encuentran en particular en la industria alimentaria (panadería y pastelería industrial), siderurgia y aluminio (fundición y extrusión), vidrio (horno y formado), textil (tren de secado), automoción (horno de cataforesis), etc.