Por encima de los 100 °C, la velocidad de oxidación de un lubricante se duplica cada vez que la temperatura se incrementa 10 °C, por lo que es necesario seleccionar un lubricante adecuado.
De manera general, se constata:
Las consecuencias son la fractura de la película protectora, el rozamiento entre las superficies y el desgaste prematuro de los componentes.
En un amplio número de aplicaciones a altas temperaturas, los lubricantes con base sintética aportan la solución satisfactoria a estas dificultades. En particular, permiten:
Estos fenómenos se encuentran en particular en la industria alimentaria (panadería y pastelería industrial), siderurgia y aluminio (fundición y extrusión), vidrio (horno y formado), textil (tren de secado), automoción (horno de cataforesis), etc.